lunes, 18 de octubre de 2010

Que es y cómo hacer tu propio compost

El compost se forma por la conversión de desechos orgánicos en un producto rico en humus, que se usa para mejorar la tierra del jardín. Las bacterias, los hongos y otros organismos del suelo son los encargados de este proceso.

Por "desechos orgánicos" entendemos residuos vegetales del jardín y orgánicos de la basura como hojas, ramitas de árboles y arbustos, flores marchitas, hierba cortada, hojas de té, posos del café, y cáscaras de frutas, verduras o huevos, entre otras cosas.

El compost estimula la vida en el suelo, por lo que los restos de plantas se descomponen antes. Además, hará que la tierra esté más suelta y que las plantas crezcan mejor. También será más fácil de labrar y tardará más en secarse.

Consejos para un compostaje perfecto

Haz uso de un sólido contenedor para compost o de un depósito casero hecho de madera y tela metálica.

Procura colocarlo en un lugar adecuado, preferiblemente a media sombra. No lo sitúes a campo abierto (demasiada agua) ni debajo de un tejadillo (demasiado poca agua), sino, por ejemplo, bajo un árbol.

Establece una buena proporción del material que quieres convertir en compost. La relación de residuos verdes, como hojas y desechos de verdura, con los materiales gruesos, como ramas desmenuzadas, debe ser de 3:1 aproximadamente.

Ten en cuenta que no todos los materiales, por ejemplo la hierba cortada, se convierten en compost con la misma rapidez.

Haz una capa en el contenedor de unos 25 cm. Desmenuza el material más grueso y mézclalo con el resto. Pasados algunos meses hay que invertir las capas de modo que la parte inferior quede arriba.

Añade también algo de cal: esto acelera el proceso e impide que el material se acidifique.

Usa un producto especial de compostaje. Contiene una fuente natural de nitrógeno y cal de algas marinas, que estimula la actividad de las bacterias y acelera así el proceso.

Cómo usar el compost
Al cabo de aproximadamente seis meses podrás extender el compost. La mejor época para hacerlo es en marzo y abril; en el caso de tierra arcillosa compacta se prefiere el otoño. Pon una capita por año con un grosor de 1,5 cm. En jardines ornamentales y huertos se puede usar constantemente como abono y como medio para mejorar la calidad de la tierra. Para hacer tierra de maceta fértil, lo mejor es mezclar el compost mitad y mitad con tierra de jardín.



El compost es el humus obtenido de manera artificial por descomposición bioquímica (fermentación) de residuos orgánicos. Los residuos orgánicos son restos de plantas y animales.

El compost se usa en agricultura y jardinería como enmienda para el suelo (ver abono), aunque también se usa en paisajismo, control de la erosión, recubrimientos y recuperación de suelos. Lo estudió el químico alemán Justus von Liebig.

Además de su utilidad directa, el compost implica una solución estratégica y ambientalmente aceptable a la problemática planteada por las grandes concentraciones urbanas (y sus residuos sólidos orgánicos domiciliarios), las explotaciones agrícolas, forestales y ganaderas cuyos residuos orgánicos deben ser tratados. El compostaje es una tecnología alternativa a otras que no siempre se llevan bien con los recursos naturales y el medio ambiente, y que además tienen un costo elevado.

El compost es un producto concentrado que debe ser mezclado con el suelo u otros ingredientes antes de su uso. El porcentaje máximo de compost en la mezcla está alrededor del 30% y varía en función de su uso posterior. En paisajismo y jardinería, por ejemplo, puede ser usado de forma directa como cobertura para el suelo. En cualquier caso, al igual que el propio suelo, no debe apilarse sobre los troncos de árboles y arbustos ya que esta práctica favorece la proliferación del daño por insectos. El compost mejora la estructura del suelo, incrementa la cantidad de materia orgánica y proporciona nutrientes. Biodegradación es la manera en que la materia orgánica es reciclada por el ambiente.

En realidad, compost es el nombre común del humus; éste proviene de la descomposición de materias orgánicas. Esta descomposición es llevada a cabo principalmente por microbios, aunque algunos animales como lombrices y hormigas contribuyen al proceso. La descomposición ocurre de forma natural en la mayoría de los ambientes excepto aquellos más hostiles como desiertos muy áridos etc. que impiden que los microbios y otros agentes de descomposición se desarrollen.

El compostaje es el proceso de descomposición controlada de la materia orgánica. En lugar de permitir que el proceso suceda de forma lenta en la propia naturaleza, puede prepararse un entorno con las condiciones óptimas para que los agentes de la descomposición proliferen. Estas condiciones incluyen una mezcla correcta de carbono, nitrógeno, oxígeno y agua. Si alguno de estos elementos faltara el proceso sucedería igualmente, pero de forma más lenta y quizá desagradable por la existencia de microbios anaerobios que producen olores desagradables.

1. Agentes de la descomposición
La construcción de pilas para el compostaje tiene como objetivo la generación de un entorno apropiado para el ecosistema de descomposición. El entorno no sólo mantiene a los agentes de la descomposición, sino también a otros que se alimentan de ellos. Los residuos de todos ellos pasan a formar parte del compost. Los agentes más efectivos de la descomposición son las bacterias y otros microorganismos. También desempeñan un importante papel los hongos, protozoos y actinobacterias (o actinomycetes, aquellas que se observan en forma de blancos filamentos en la materia en descomposición). Ya a nivel macroscópico se encuentran las lombrices de tierra, hormigas, caracoles, babosas, milpiés, cochinillas, etc. que consumen y degradan la materia orgánica.

2. Ingredientes del compost
Cualquier material biodegradable podría transformarse en compost una vez transcurrido el tiempo suficiente. Sin embargo, no todos son apropiados para el proceso de compostaje tradicional a pequeña escala. El principal problema es que si no se alcanza una temperatura suficientemente alta (y en los sistemas pequeños es difícil conseguirla) los patógenos no mueren y pueden proliferar plagas. Por ello, los estiércoles, basuras y restos animales deben ser tratados en plantas específicas de alto rendimiento y sistemas termofílicos. Las plantas específicas utilizan sistemas más complejos gestionados de forma técnica y profesionalizada que permiten hacer del compostaje un medio eficiente, competitivo en coste y ambientalmente correcto para reciclar estiércoles, subproductos y grasas alimentarias, lodos de depuradotas etc. El compostaje también se usa para degradar hidrocarburos del petróleo y otros compuestos tóxicos y conseguir su reciclaje. Este tipo de utilización es conocida como bioremediación.

El compostaje más rápido tiene lugar cuando hay una relación (en seco) carbono-nitrógeno de entre 25 a 1 y 30 a 1, es decir, que haya 30 veces más carbono que nitrógeno. Por eso muchas veces se mezclan distintos componentes de distintas ratio C/N. Los recortes de césped tienen una ratio 19 a 1 y las hojas secas 55 a 1. Si se mezclan a partes iguales se obtiene un materia prima óptima. También es necesaria la presencia de celulosa (fuentes de carbono) que las bacterias transforman en azúcares y calor, así como las proteínas (fuentes de nitrógeno) que permiten el desarrollo de las bacterias.

Son fuentes de carbono la paja y hojas secas, astillas y serrín, y algunos tipos de papel y cartón sin tintas.
Son fuentes de nitrógeno: materia vegetal verde (residuos de cosecha, césped, ramas), estiércol, peladuras de frutas y verduras, algas, posos de café, etc.
El guano (estiércol de ave) proporcio qna mucho nitrógeno y poco carbono. El estiércol de caballo ambas. El de vacas y ovejas tiene las desventaja de que aumenta menos la temperatura, con lo que el tiempo de proceso es mayor. Cuando no pueden hacerse cálculos exactos sobre los contenidos y porcentajes de materia a mezclar es conveniente hacer aproximaciones. A veces se prefiere mezclar mitad y mitad de una fuente de nitrógeno y otra de carbono. Una buena mezcla facilita el proceso, pero también pueden disponerse ambas fuentes de forma alternada en capas de 15 cm. de grosor. Aunque esta separación ralentiza el compostaje, permite controlar mejor de forma sencilla la mezcla de cantidades. Los restos de comida grasienta, carnes, lácteos y huevos no deben usarse para compostar porque tienden a atraer insectos y otros animales indeseados. La cáscara de huevo, sin embargo, es una buena fuente de nutrientes para el suelo y el compost a pesar de que tarda más de un año en descomponerse.

3. Técnicas de compostaje
Esencialmente hay dos métodos para el compostaje aeróbico:
Activo o caliente, que permite el desarrollo de las bacterias más activas, mata la mayoría de patógenos y gérmenes, y produce compost útil de forma rápida.
pasivo o frío, que deja a la naturaleza seguir su ritmo y mantiene latentes gérmenes y patógenos en la pila.
La mayoría de plantas industriales y comerciales de compostaje utilizan procesos activos, porque garantizan productos de mejor calidad en el plazo menor. El mayor grado de control y, por tanto, la mayor calidad, suele conseguirse compostando en un recipiente cerrado con un control y ajuste continuo de temperatura, flujo de aire, humedad, entre otros parámetros. El compostaje casero es más variado, fluctuando entre técnicas extremadamente pasivas (dejar todo en un rincón esperando a que se produzca el compost) hasta técnicas activas propias de una industria. Algunos utilizan productos desodorantes, aunque una pila bien mantenida raramente produce malos olores.

4. Microbios y calentamiento de la pila
Una pila de compost efectiva debe estar tan húmeda como una esponja escurrida. Ese grado de humedad es el suficiente para que exista vida en la pila de compost y las bacterias puedan realizar su función. Las bacterias y otros microorganismos se clasifican en grupos en función de cuál es su temperatura ideal y cuánto calor generan en su metabolismo. Las bacterias mesofílicas requieren temperaturas moderadas, entre 20 y 40 ºC. Conforme descomponen la materia orgánica generan calor. Lógicamente es la zona interna de la pila la que más se calienta. Las pilas de compost deben tener, al menos, 1 m de ancho por 1 m de alto y la longitud que sea posible. Así se consigue que el propio material aisle el calor generado. La temperatura ideal está alrededor de los 60 ºC. Así la mayoría de patógenos y semillas ideseadas mueren a la par que se genera un ambiente ideal para las bacterias termofílicas, que son los más rápidos agentes de la descomposición. De hecho, el centro de la pila debería estar caliente, tanto como para incluso quemar al tocarlo con la mano. Si esto no sucede, puede estar pasando alguna de las siguientes cosas:

Hay demasiada humedad en la pila por lo que se reduce la cantidad de oxígeno disponible para las bacterias.
La pila está muy seca y las bacterias no disponen de la humedad necesaria para vivir y reproducirse.
No hay suficientes proteínas (material rico en nitrógeno)
La solución suele pasar por la adición de material o el volteo de la pila para que se airee. Dependiendo del ritmo de producción de compost deseado la pila puede ser volteada más veces para llevar a la zona interna el material de las capas externas y viceversa, a la vez que se airea la mezcla. La adición de agua puede hacerse en ese mismo momento, contribuyendo a mantener un nivel correcto de humedad. Un indicador de que ha llegado el momento del volteo es el descenso de la temperatura debido a que las bacterias del centro de la pila (las más activas) han consumido toda su fuente de alimentación. Llega un momento en que la temperatura deja de subir incluso inmediatamente después de que la pila haya sido removida. Eso indica que ya no es necesario voltearla más. Finalmente todo el material será homogéneo, de color marrón oscuro y sin nigún parecido con el producto inicial. Entonces está listo para ser usado. Aún así hay quien prefiere dejarlo madurar incluso un año más en la creencia de que los beneficios del compost así producido serán más duraderos.

5. Otros ingredientes
A veces se añaden otros ingredientes y activadores al compost. Espolvorear cal en pequeñas cantidades puede controlar la aparición de un grado de acidez excesiva que reduzca el ritmo de fermentación. Las algas proporcionan importantes micronutrientes. La roca pulverizada proporciona minerales, al contrario que la arcilla.

La fracción de estiércol puede provenir de heces humanas. No obstante, el riesgo de que no se alcancen temperaturas suficientemente altas para eliminar los patógenos hace que no suelan utilizarse en cultivos alimentarios. Aún así pueden ser útiles para el abonado de árboles, jardines, etc.

6. Compostaje con lombrices
Se puede obtener vermicompost como producto de excreción de la lombríz californiana. Este organismo se alimenta de residuos orgánicos y luego los transforma en un producto de alto contenido proteico utilizado para fertilizar o enriquecer la tierra como medio de cultivo. Existe una actividad llamada lombricultura, que trata las condiciones de cria, reproducción y supervivencia de estas lombrices. Incluso existe un mercado mundial para comercializarlas.

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