sábado, 16 de octubre de 2010

El clavel

El clavel es una de las flores más conocidas en España.

Esta popular flor puede que sea, junto con la rosa, la más demandada entre los compradores. Sus mayores reclamos son la amplia gama de colores que presenta y su delicado aroma. Pertenece a la familia de las Carifiláceas y al género Dianthus.

Entre ellas las más populares son el Dianthus barbatus, el caryophyllus, el chinensis o el deltoides. Podemos encontrarlas 'standard' o 'uniflora', grandes, o 'mini', de reducido tamaño.

Antiguamente los claveles sólo eran silvestres, pero las investigaciones avanzaron hasta que se han convertido en un producto comercial. Hoy en día, todos podemos cultivar los nuestros. Para que luzcan resplandecientes y su desarrollo sea correcto, os presentamos una serie de técnicas de cultivo y cuidados de esta flor oriunda de la cuenca mediterránea.

Por ello, hace tan sólo unos años era la flor más popular entre los consumidores. Hoy en día, y debido a la introducción de nuevos productos en el mercado, el clavel ha descendido en popularidad, aunque se puede afirmar que, junto con la rosa, es una de las especies más conocidas y apreciadas por el público.

Esta flor se ve favorecida por la gran variedad de colores que ofrece y por su aroma suave. Actualmente, las empresas distribuidoras de este tipo de flor están aumentando tanto el tipo de fragancias como el de tonalidades, tamaños e, incluso, formatos con el fin de que el clavel no quede obsoleto y sea sustituido por nuevas especies. No obstante, los tipos más conocidos son el denominado 'standard' y el 'spray'.

Variedad de clases:

Esta flor pertenece a la familia de las plantas Carifiláceas, del género Dianthus, que viven durante varios años y se caracteriza por la facilidad con la que permite la recolección de sus flores. Estas plantas reúnen aproximadamente 250 especies, de las cuales las preferidas por el público, tanto en 'standard' como en 'spray', es la que produce flores rojas, seguidas de las blancas, rosas, amarillas y naranjas.

En cuanto a la flor, hay que distinguir tres clases fundamentales: el 'standard' o 'uniflora', de flor grande, y los de flores más pequeñas que se dividen en 'mini' o 'spray', conocido en España como ' clavelina', y 'micro'. Y es que el color es una de las características más destacadas de las distintas especies de clavel, al mismo tiempo que un importante signo de identificación. Asimismo, supone un atractivo para el consumidor, por lo que cada vez se experimenta más en las mezclas de colores, dando lugar a una amplia gama de claveles entre los que escoger. Estas iniciativas de color han dado lugar a los denominados claveles bordeados y estriados, comúnmente conocidos como bicolores.



Y aprende a cultivar unos hermosos claveles
Las mejores atenciones:

La multiplicación se realiza a través de esquejes y, si las especies son anuales, se efectúa entrada la primavera. En el caso de las bienales, el cultivo comenzará a principios de verano. Si hemos de realizar trasplantes, el momento más adecuado será en otoño.

El suelo se recomienda que sea poroso y rico, con un buen drenaje. Además, la mayoría de las especies requieren tierras calcáreas. Respecto a la temperatura, necesitan calor y una prolongada exposición al sol. El riego es de fundamental importancia. Ha de ser regular y, por supuesto, variará en función del calor que haga.

Susceptibles de plagas y enfermedades:

Respecto a las plagas, hemos de extremar las precauciones. Habitualmente, suelen atacar a los claveles, pulgones, tortix europeo o trips, y deberemos contrarrestarlos aplicando acaricidas.

También diferentes enfermedades pueden hacer mella en la salud de la flor. Entre las más comunes destacan:

Roya:

provoca la aparición de manchas tanto en las hojas como en el tallo y suelen aparecer en épocas templadas, como el otoño y la primavera.
El debilitamiento del clavel, que causa graves estragos en su crecimiento. Un remedio efectivo es el calor.

Las manchas en las hojas, existen diversos tipos. Las combatiremos con fungicidas.
Cuando nuestras flores alcancen el momento en el que el capullo esté completamente abierto, procederemos a su recolección y, si queremos conservarlas durante un largo periodo de tiempo, las sumergiremos en una solución de STS, un inhibidor de etileno que realiza esa función.

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