lunes, 22 de noviembre de 2010

Anémona, la planta vivaz del jardín

Se pueden encasillar en tres grandes e importantes grupos: de flor de primavera, de flor de otoño y las especies mediterráneas, que florecen en el invierno como plantas de interior y en verano al aire libre.

Anémonas primaverales
Sus especies son muy agradecidas y nada exigentes. Resisten perfectamente el invierno, gustándoles un sitio bien sombreado y florecen a menudo a principios de marzo. Con pocas excepciones, las anémonas de primavera son plantas tuberáceas.

Todas las especies se plantan en otoño, a 8 cm. de profundidad, en tierra porosa y rica en humus y en un lugar algo sombreado. Son de hoja perenne. Si hay heladas fuertes, habrá que cubrirla. La Anémona apenina se multiplica por división de los tubérculos, mientras que la blanda lo hace por semillas, que se siembran de septiembre a octubre, o bien partiendo los tubérculos.

Anémonas de otoño
Estas plantas, que proceden de las montañas de China y Japón, poseen un sistema de raíces normal. Se distinguen por sus espléndidas flores en colores pálidos. Las hojas de la anémona hoja de vid, Anemone Vitifolia, son de buen tamaño, sencillas, tienen de tres a cinco 'lóbulos'. Esta especie crece silvestre en las regiones bajas al sur del Himalaya. De flores blancas, puede alcanzar la planta de 50 cm. a 1 metro de altura. Pertenece a las otoñales tempranas (de agosto a octubre) y, como no resiste en invierno en Europa, se cruza mucho con otras especies. La Anemone Vitifolia es la primera de su especie que ha llegado a nosotros desde el Extremo Oriente. En cambio, la Anemone tormentosa tiene hojas ternarias con vello blanco en el envés y flores rosa. Florece de agosto a septiembre, desarrollando tras la flor bonitas frutillas con un vello plumoso. Alcanza 50 cm. de alto y está perfectamente adaptada a nuestro clima.

Las anémonas de otoño prosperan mejor en sitios sombreados, en tierra fangosa y rica en humus. Nunca debe estar muy seca. Se pueden combinar con helechos y plantas bajas. Se reproducen por división o por acodos de raíces. Algunas especies, como la A. Hupehensis, forman raíces con muchos tubérculos, de los que pueden salir nuevas plantas. Es un método que exige mucho cuidado.

Especies mediterráneas
Proceden de la cuenca del Maremágnum y se desarrollan a partir de tubérculos. Una planta cultivada antiquísima, que ya en 1650 se hallaba extendida desde Turquía a toda Europa, es la anémona de corona (Anémona Coronaria). En el argot de los antófilos, su tuberosa raíz recibe también el nombre de "uña". Esta especie tiene hojas multihendidas, verdes y frescas y flores semillenas y también llenas, de colores claros y brillantes. En torno a los estambres presentan las flores un anillo claro u oscuro.

Se necesita una tierra alimenticia, muy rica en humus. Los tubérculos se rompen con facilidad, por lo que hay que plantarlos con precaución. Muy importante: cubrir las plantas en cuanto se acerca el invierno. Cuando ha pasado el periodo de heladas, retirar la cubierta.

Artículo original de feminaactual.

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