Sin embargo, existen algunas especies que agradecen unos retoques en este tiempo, justo cuando comienzan a bajar las temperaturas y se reducen las horas de luz. Es el caso de los setos y los árboles y arbustos de hoja caduca.
Aunque en estos meses hemos de dar al césped lo que será el último corte hasta febrero, así como realizar podas de limpieza o de vaciado en rosales arbustivos, en general cortar ahora supone algunos inconvenientes.
Las heridas que infringimos a la planta la convierten en víctima perfecta para los hongos, que disfrutan con el caldo de cultivo que trae la humedad de las lluvias.
Por otra parte, se estimula la aparición de brotes nuevos, que serían incapaces de soportar un invierno muy frío, por eso generalmente estos trabajos se suelen retrasar hasta primavera. No obstante, existen algunas especies que eventualmente pueden agradecer una poda, ya sea ornamental, de vaciado o limpieza.
Es el caso de los setos y arbustos más jóvenes, que en noviembre deben recortarse por última vez hasta mayo. "La topiaria consiste en ofrecer una forma ornamental a las especies arbustivas", nos explica el paisajista y jardinero Juan Luís Ruiz de Dyezma. "En este caso hay que podar tres veces al año: en otoño (noviembre), primavera (mayo) y verano (agosto)". Por ejemplo, en otoño se podarían el boj, el aligustre o el evónibus.
Descargando los árboles caducos
La poda de vaciado sirve para que el aire y la luz lleguen sin dificultad a la mata.
Las especies caducas ahora están más libres de follaje, lo que permite distinguir bien las ramas y proceder sin problemas. Nuestro experto, Juan Luís Ruiz de Dyezma, considera que éste es un buen modo de corregir las malas podas, aunque no es necesario si esta tarea se efectúa correctamente.
"Un poco más adelante, a finales de otoño o principios de diciembre es buen momento para recortar frutales y árboles de sombra, tanto en poda de limpieza como de formación", asegura Ruiz de Dyezma.
Por su parte, los arbustos ornamentales con bayas (berberís, cotoneaster, espino de fuego) no se recortarán hasta que sus frutos no hayan caído (normalmente en febrero).
Asimismo, reduciremos el espesor de rosales arbustivos y trepadores, retiraremos sus flores marchitas y quitaremos ramas y hojas enfermas. Ruíz de Dyezma puntualiza: "en los lugares donde en invierno baja la temperatura de -5 ºC, con las rosas es mejor esperar hasta febrero porque las heladas queman las heridas y crean 'nidos' ideales para huevas de insectos y larvas en la primavera".
Cómo hacerlo
El paisajista Juan Luís Ruiz de Dyezma nos ofrece algunas claves para no equivocarnos a la hora de ejecutar esta tarea:
Nunca podaremos un día que haya llovido ni estando las hojas mojadas.
Cualquier hora del día es óptima para podar, aunque es mejor proceder a mediodía, momento en el que ya se han evaporado las gotitas de agua del rocío. La humedad presente en las heridas del corte puede fomentar la aparición de hongos.
Como precaución, especialmente en el caso de los setos, pulverizaremos un fungicida.
Normalmente los setos se rematan en ángulo recto, ofreciendo una forma geométrica de cubo. En estos casos, podaremos dejando más ancha la parte baja que la alta. Aunque la silueta no quede del todo recta, así evitaremos que los setos se pelen por debajo, ya que de este modo la planta recibe luz de forma uniforme.
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