Teniendo en cuenta que en muchos países, bien abastecidos y con lluvias abundantes se están tomando medidas para aprovechar el agua de lluvia, favoreciendo zonas húmedas urbanas para depurar las aguas de la forma más natural posible y se van implantando cada vez más los jardines con poco o sin riego, dentro de una filosofía de disfrutar de un jardín que evoluciona solo, bien adaptado al clima y al terreno.
Tal vez sea el momento de que en las zonas secas se vaya aceptando y difundiendo el concepto de jardín sin riego y comprobar que puede ser incluso más atractivo, elegante e innovador que los jardines estándar a base de praderas siempre verdes, flores chillonas y un par de olivos gigantes o algunas palmeras. Que además no corresponden a ningún modelo de nuestra cultura, ni al paisaje del campo ni al de la ciudad y tampoco aportan ninguna novedad interesante.
Algunas de las ventajas de aceptar un jardín con bajo consumo de agua, sólo necesita la que aporta la lluvia son:
El jardín exige menos trabajo.
El mantenimiento del jardín es mucho más económico.
La ocasión de renovar el jardín, en el caso de los jardines ya existentes
La tranquilidad de que no despilfarramos un bien escaso como es el agua
Una floración más espectacular
Unas plantas más sanas
La oportunidad de conocer nuevas especies adaptadas al clima del lugar
Una mayor integración del jardín en el entorno
Un jardín sin riego evita la proliferación de las enfermedades debidas a un exceso de humedad (hongos y bacterias) y el desarrollo de plantas demasiado tiernas mucho más delicadas frente al viento, los golpes y más atractivas para algunos parásitos como pulgones, cicadelas pruinosas, cochinillas, caracoles, orugas,…que chupan la savia a través de las finas paredes celulares o devoran las hojas tiernas.
Las plantas que crecen sólo con el agua de lluvia son más resistentes, tienen las hojas más duras y no resultan tan apetecibles a muchos parásitos.
De todas formas se puede instalar un sistema de riego para ser utilizado durante los primeros años, en caso de urgencia, sólo en algunas partes del jardín, utilizando el agua de lluvia recogida en una cisterna, instalando un sistema de sensores que evitan que el riego funcione al mismo tiempo que llueve. También en los jardines existentes se puede empezar por optimizar el sistema, cambiando aspersores por riego localizado, cambiando praderas de césped delicado por especies más rústicas y aceptando que igual que las hojas caen en otoño, la pradera esta seca durante una época del año. Además más de 50 especies de plantas rastreras que pueden sustituir al césped, con la ventaja de que además florecen, son más fáciles de cuidar ya que con uno o dos recortes al año es suficiente y mucho más económicas de mantener.
JARDÍN SIN RIEGO. LA INFLUENCIA DEL CLIMA
Conocer y aceptar el clima dónde se va construir el jardín es fundamental para obtener unos buenos resultados y trabajar con las condiciones a favor. Tan importante como el clima puede ser el micro clima de las zonas del jardín. Es evidente que una situación soleada y con viento es un lugar seco, sin embargo hay situaciones más complejas como la de la sombra seca, son zonas bajo los árboles o junto a un muro orientado al norte, dónde también hay que realizar una buena selección para tener éxito.
Del clima también dependerá la época de plantación del jardín, plantar a finales de primavera aprovechar el calor del verano, en las zonas frías, o plantar en otoño para aprovechar las lluvias del otoño hasta la primavera en las zonas cálidas. Es decir utilizar los factores ambientales para que trabajen por nosotros.
JARDIN SIN RIEGO.UN PODEROSO ALIADO: EL ACOLCHADO
El acolchado es una técnica antigua que actualmente se difunde en todos los ámbitos de la horticultura. El acolchado, o empajado, mantiene la humedad del suelo y la temperatura (más alta en invierno y más baja en verano), favoreciendo la actividad de las lombrices y la vida microbiana, responsables de la incorporación de oxígeno y nutrientes al suelo, favorece el crecimiento de las plantas y la producción de frutos y flores. Evita la proliferación de malas hierbas y facilita su arrancado
Los materiales como paja, heno, virutas de madera, abonos verdes, restos vegetales triturados, compost, pueden utilizarse como acolchado, con las debidas precauciones. Otros materiales como las piedras, las gravas y la arena también son muy útiles para mantener la humedad tanto superficial como en profundidad. Sin embargo conviene evitar los plásticos, los papeles y los materiales que pueden contener restos de productos químicos.
JARDIN SIN RIEGO. PLANTAS VIVACES
Las plantas vivaces son un gran aliado para el jardinero que opta para la creación de un jardín sin riego artificial. Se llama planta vivaz a aquella especie que vive varios años, como los arbustos y sin embargo sus tallos no son leñosos. Evidentemente entre los grupos los límites no son claros y algunas plantas tanto se clasifican con los subarbustos como con las vivaces, pero esto no les resta interés como plantas de jardín.
Las especies vivaces conviene plantarlas pequeñas, por lo que además de económicas, se adaptarán mejor al lugar e irán creciendo al mismo tiempo que las plantas vecinas, formando al cabo del tiempo unos grupos más armónicos que si se plantan grandes ejemplares.
La mayoría de vivaces, y es mejor así, tienen una época de reposo, suele ser el invierno o el verano, este lapso les permite tomar fuerzas por una parte, y por otra rejuvenecerse al brotar de nuevo. Algunas especies después de un invierno frío florecen de forma más espectacular, otras si no se las protege mueren. Sin embargo, las vivaces suelen soportar bien las inclemencias climáticas, siempre dentro de los límites de tolerancia, ya que al ser capaces de retoñar de la cepa, la parte aérea puede verse afectada, por un gran frío o por un gran calor, y brotar de nuevo cuando las condiciones son favorables.
JARDÍN SIN RIEGO.
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