Investigaciones científicas recientes han demostrado que los beneficios que aportan las plantas de interior van más allá del estético.
Las plantas en los lugares de trabajo reducen el estrés laboral y sus consecuencias: bajas por enfermedad, jubilación anticipada y pérdidas de valor en la producción.
En los centros educativos favorecen la concentración.
En el Reino Unido se investigó durante un año un grupo de estudiantes a los cuales se les alternaban clases en aulas con plantas y sin ellas.
Las plantas generan sensación de bienestar.
Mejoran la calidad del aire.
Nivelaban la humedad y pureza del aire, ayudando a la prevención de la sequedad en las mucosas, garganta, piel y otros efectos derivados de la sequedad del ambiente como la tos o la irritación de la piel.
Las plantas contribuyen a la absorción de elementos químicos contaminantes y del polvo en el aire.
Otros factores que inciden en el bienestar en el puesto de trabajo y en el incremento del rendimiento laboral son la luz, el color y la disposición del mobiliario.
Renueva la calidad del aire
Una de las principales actividades que realizan las plantas, es la filtración del aire a través de un proceso vital llamado fotosíntesis: el dióxido de carbono es absorbido y transformado en oxígeno que, de nuevo, será expulsado al exterior, renovando así la calidad del aire.
El ciclo habitual de la fotosíntesis se lleva a cabo por la mañana, ya que aprovechan la luz solar para dicha actividad. Pero existen otros grupos de plantas pertenecientes a ambientes calurosos, que invierten el orden y la realizan por la noche. Éste es el caso de las orquídeas y las bromeliáceas. Por tanto, es aconsejable que combines ambas clases para disfrutar del ciclo las 24 horas del día.
Humidifica el ambiente
Una planta incrementa la humedad en el aire. Esto nos beneficia porque contribuye a que mantengamos nuestras mucosas, la garganta y la piel bien hidratadas. Asimismo, evita que padezcamos otros males derivados de un ambiente seco como son la tos o la irritación de la piel.
Un estudio ha demostrado que la Raphis Marantha, aumenta hasta un 5% el nivel de humedad en el aire.
Barriendo la atmósfera
Son un remedio natural contra la polución: absorben gases nocivos y partículas químicas como el formaldeído (humo del tabaco), el benceno (también existente en los cigarrillos) o el tricloroetileno (pegamento de aerosol). Estos contaminantes son procesados por la planta y transformados en nutrientes, con la ayuda de unas bacterias que se encuentran en la raíz. Para conseguir unos resultados palpables, es necesario hacerse con un grupo de distintas especies.
Remueve el humo, microorganismos patógenos, volátiles... y capta el polvo, reduciendo su presencia en el aire hasta un 20%. Gracias a esta limpieza, la sensación de fatiga que experimentamos, como consecuencia de una atmósfera cargada, disminuye.
Reduce el ruido
Sobre todo en lugares cerrados y con suelos duros. Aunque esta alteración acústica se percibe más cuando la frecuencia del sonido es muy alta. Se puede decir que ahoga los sonidos.
Mejora el ánimo y el bienestar
Tener plantas en casa tiene efectos psicológicos y anímicos positivos. El contacto que mantengas con éstas, no determinará dichos efectos, pues serán igual de favorables tanto si las contemplas como si trabajas con ellas.
Reduce tu estrés, te relaja y te anima. Incrementa el nivel de concentración y comprensión, y atenúa sentimientos negativos como son el miedo o el enfado. Además, está comprobado que un enfermo se recupera más rápido y mejor en presencia de flores y plantas.
Su inclusión en nuestras vidas influye tanto y tan positivamente que las empresas están introduciéndolas en sus lugares de trabajo para sacar partido de sus beneficios. Hay estudios que han demostrado que trabajar con plantas disminuye el absentismo e incrementa la eficacia y productividad del empleado.
Psicológicamente han resultado ser un estimulante absolutamente sano y natural. De ellas han derivado la cromoterapia y la aromaterapia, técnicas que ratifican que la influencia de los aromas y los colores, además de las funciones físicas y químicas de las plantas, estimulan y crean una sensación de bienestar en las personas, que desembocará en las demás parcelas de nuestras vidas.
Y es que velar por la salud de las plantas no es sólo un bien que hacemos a la naturaleza. Todos salimos ganando.
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