Es una especie tropical de la familia de las aráceas que proviene del centro y el sur de América. Sus hojas van adquiriendo una forma muy peculiar en la madurez; entonces surgen en ellas una especie de cortes, similares a los surcos que recorren las costillas, para permitir el paso del aire y evitar su deterioro.
No sólo echa raíces bajo tierra, sino también sobre la superficie (raíces adventicias), para captar la humedad ambiental. En su región de origen, y creciendo de forma natural, esas raíces pueden llegar a colgar varios metros, por eso es considerada una planta trepadora; pero no te preocupes, en interiores su tamaño habitual es de poco más de 2 metros.
Si vas a adquirir una, fíjate en que tenga alguna hoja nueva; de no ser así tardará mucho en crecer. Estas hojas se distinguen por su color verde pálido, por no tener agujeros y por su tamaño, mucho más pequeño que las hojas maduras.
Multiplicación
La época de reproducción de la costilla de Adán es el verano, y la mejor forma de hacerlo es por esquejes, ya que la obtención de plantas madre mediante siembra sólo se puede realizar en climas tropicales. Los más aconsejables son los esquejes de tallos con yemas terminales, porque tardan menos en echar raíces que los de nudos (de seis a cuatro semanas).
Han de plantarse directamente en una maceta, manteniéndolos a una temperatura aproximada de 25º C. Se puede utilizar cualquier tipo de sustrato estándar y es conveniente abonarlos todas las semanas durante la época de crecimiento. Sólo una o dos hojas brotan cada año, así que dale tiempo y no desesperes.
La costilla de Adán produce unos frutos comestibles con un sabor dulce similar al del plátano. Pero no te preocupes si tu planta no los tiene, es muy raro que fructifiquen en interiores. En algunos lugares de Sudamérica se utilizan para elaborar refrescos.
Cuidados
Se desarrolla en óptimas condiciones a una temperatura media, nunca por debajo de los 10º C. Evidentemente, no debe recibir luz solar de forma directa, ya que al tratarse de una planta de interior no la toleraría. En cuanto al agua, es conveniente que la tierra esté siempre húmeda entre los meses de noviembre y marzo; el resto del año hay que dejar que se seque entre riegos.
Es probable que tu planta crezca y se extienda más de lo previsto. En tal caso, puedes cortarla, pero siempre por debajo de alguna de las raíces que salen de los tallos. Siguiendo su línea de crecimiento, el período de tiempo que puede mantenerse en la misma maceta es de aproximadamente dos años, cambiándola por una más grande en cada ocasión.
La salud está en las hojas
La costilla de Adán, y en general todas las plantas de hojas agujereadas, pueden subsistir en un considerable margen de condiciones ambientales; pero sólo en unas circunstancias especiales podrá desarrollarse plenamente. Precisamente el color de las hojas es el mejor indicio para conocer cuál es su estado de salud.
· Hojas amarillentas: la causa más probable será un exceso de riego durante el invierno. Déjala secar hasta que tenga mejor aspecto y después reduce la frecuencia.
· Manchas negras: se producen cuando las temperaturas son demasiado bajas.
· Hojas pálidas: tu planta no está bien alimentada. No dejes de abonarla, sobre todo en época de crecimiento.
· Hojas pálidas con quemaduras: se debe a una excesiva exposición directa a la luz del sol.
Cuando llegue el invierno y enciendas la calefacción, pulverízala frecuentemente para mantenerla húmeda.
Fuente: http://www.plantasyhogar.com